El secreto terapéutico del vino es la cantidad

El secreto terapéutico del vino es la cantidad: poca alarga la vida pero mucha la acorta

Algunos estudios científicos señalan que ciertos componentes del vino tinto podrían pasar a formar parte de futuras terapias en la lucha contra el cáncer, la diabetes y el síndrome metabólico, por citar algunas de las enfermedades.

A pesar de las propiedades benignas para el organismo derivadas de un consumo moderado de vino, para proteger el corazón o reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, lo cierto es que existen todavía escasos datos que lo corroboren, contrasten y confirmen. Lo cierto, es que actualmente existen varios estudios en fases iniciales de desarrollo lo que provoca que gran cantidad de médicos declinen pronunciarse sobre sus propiedades beneficiosas para el organismo, hasta que no haya evidencias concluyentes que así lo corroboren.

A pesar de ello, los estudios realizados hasta la fecha demuestran que las propiedades del vino para las personas maduras (40 en adelante), son innegables en el ámbito cardiovascular. Además, sus efectos también son beneficiosos para personas que hayan sufrido un infarto o tengan factores de riesgo cardiaco. De hecho, en estos pacientes, nadie discute las ventajas de un consumo moderado de vino. Con todo, la cuestión radica en sí se puede considerar el vino un remedio terapéutico o no; y, según representantes de 70 asociaciones médicas nacionales, por debajo de los 18 años "el único consumo responsable de alcohol es cero", sentencian. Además, los expertos advierten del "peligro de la neurotoxicidad para los cerebros en desarrollo".

Sin embargo, la cuestión cambia en el caso de los adultos. Numerosos estudios epidemiológicos demuestran que las personas que consumen diariamente cantidades moderadas de alcohol (10 a 30 gramos de etanol) presentan una menor mortalidad cardiovascular. Sin embargo, los estudios también son tozudos y señalan que el "hábito" en su ingesta también se asocia a una mayor mortalidad por otras causas: accidentes, cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer, anulando así los beneficios sobre la enfermedad coronaria.

El último estudio que avala los beneficios de un consumo moderado se publicó el pasado mes de diciembre en 'Archives of Internal Medicine' y fue realizado por investigadores italianos. El trabajo, revisó los datos de otros 34 trabajos sobre los hábitos de ingesta de alcohol de más de un millón de personas de todo el mundo que se compararon con los de mortalidad por cualquier causa, no sólo de origen cardiovascular. La conclusión fue que, en cantidades moderadas (uno o dos vasos de vino o cañas de cerveza al día), alarga la existencia: la probabilidad de fallecer se reduce en hasta un 18 por ciento. La clave parece residir en la moderación. El mismo trabajo denuncia que el alcohol es claramente nocivo en cantidades excesivas.

Por su parte y ante la polémica suscitada recientemente por la futura Ley del Alcohol, el Intergrupo Vino del Comité de las Regiones (CdR) acordó en su primera reunión en Bruselas, constituir un grupo de estudio que analice la relación entre salud y vino. Sus miembros se han mostrado favorables a elaborar un dictamen que defienda la relación histórica que existe entre la salud y el consumo moderado de vino, avalando así la diferenciación de este producto con el resto del alcohol.

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